La gran batalla legal Barça-Messi: el jugador tiene un as en la manga para irse gratis

Las razones por las que Lionel Messi quiere marcharse del FC Barcelona pueden ser de índole personal, profesional o de otro tipo, pero la vía que ha elegido para canalizar esa salida ha sido la jurídico-legal. El astro argentino ha enviado un burofax al club azulgrana en el que se remite a una cláusula de su contrato que le permite rescindir el mismo sin ninguna contraprestación económica para el conjunto en el que ha desempeñado toda su carrera deportiva. Pero independientemente de quién tenga razón, Messi cuenta con un as en la manga para empezar la próxima temporada en el club que desee: el modus operandi de la FIFA en caso de disputas entre clubs y jugadores que fichan por equipos rivales. Eso sí, esa opción no está libre de riesgos económicos.

Pero empecemos por el principio. La cláusula que permite a Messi rescindir unilateralmente su contrato al finalizar la temporada. Desde el equipo catalán y el entorno del presidente culé, Josep Maria Bartomeu, han salido al paso para aclarar que la cláusula liberatoria a la que aluden los abogados de Messi en su comunicación está limitada a una fecha (el 10 de junio), después de la cual se da por renovado al futbolista y ya no tiene validez legal.

Con esta premisa, para el FC Barcelona no hay caso y además su deseo es que el mejor jugador de la historia del club siga otra temporada más, por lo que si quisiera irse, se remite a la estratosférica cláusula, estimada en 700 millones de euros. Pero aquí viene la disputa, y los abogados de Messi creen tener argumentos suficientes para que el futbolista pueda desvincularse ya del Barça y gratis.

Varios abogados expertos en derecho laboral, procesal, mercantil y deportivo señalan a consultas de El Confidencial que la clave de todo gira en torno a la cláusula 24 del contrato de Messi y qué es lo que dice exactamente. Lo que ha trascendido hasta ahora es que el contrato del único futbolista que tiene seis balones de oro cuenta con un apartado que le permite rescindir el mismo sin tener que pagar la cláusula (o con una cuantía muy reducida). Si no lo hace, el contrato se da por renovado una temporada más a razón de unos 100 millones de euros por campaña del que sigue siendo máximo goleador y asistente del equipo catalán.

Según ha transmitido el FC Barcelona, esa cláusula está limitada al 10 de junio, por lo que estaría fuera de plazo para dar por terminada su relación contractual. Sin embargo, y aquí viene una de las claves de este caso, la temporada 2019-20 ha sido completamente anormal y su plazo de finalización no terminó a finales de mayo como estaba previsto sino que se ha alargado hasta mediados de agosto por los trastornos provocados por el covid-19. De ahí que los abogados de Messi afirmen que puede acogerse a la excepcionalidad vivida en esta Liga para entender que el futbolista tendría de plazo hasta ahora, justo la semana posterior al término de la Champions League.

División de opiniones entre los expertos

Para Miguel Ángel Márquez, manager del área mercantil de Ceca Magán Abogados, «estamos ante un caso en que habrá que ver qué prevalece, si el ‘pacta sunt servanda’ (lo firmado obliga) o tendrán más peso los argumentos a favor de que se ha producido una circunstancia completamente excepcional e imposible de prever, como ha sido la pandemia del coronavirus, que ha obligado a retrasar la competición».

En derecho, hay una figura jurisprudencial conocida como ‘rebus sic stantibus’ que significa literalmente algo así como «estando así las cosas…», que viene a decir que pese a lo que se hubiera firmado, existen razones que hacen que los contratos se puedan interpretar si el contexto así lo merece. No obstante, se trata de una figura no regulada que el único que podría utilizar sería un juez en caso de que Messi y el Barça terminaran en los tribunales, algo que no se descarta.

Sin llegar a ese extremo, varios abogados consultados creen que los abogados del futbolista están interpretando lo que dice el contrato del rosarino para dar por terminado el mismo. Aquí existen varias visiones. Mario Resino, fundador de Esquad Abogados, es experto en derecho deportivo y su opinión es que a tenor de los datos que se han hecho públicos, si es cierto que existe una fecha —el 10 de junio, señala el FC Barcelona— hasta la cual Messi estaba facultado para resolver su contrato. Si esta fecha aparece en el mismo, tiene pocas posibilidades de que prospere su rescisión libre de pago. Caso distinto, indica este abogado, es que no aparezca literalmente ese día límite.

Resino señala que después de que estallara la pandemia, la FIFA envió unas recomendaciones a los clubes para que amoldaran las situaciones que podrían verse afectadas por el cambio de calendario de las diversas ligas. «Hemos tenido que modificar muchos contratos de futbolistas cedidos cuyos contratos tenían una cláusula por la cual estos terminaban el 30 de junio, fecha en la que cualquier otro año ya había concluido la competición». «Lo que hicimos para evitar problemas fue cambiar esa fecha a un momento posterior», explica y añade: «Si Messi no realizó cambio alguno sobre la cláusula que le impedía resolver el contrato, ahora es difícil que pueda darse por buena la interpretación que está haciendo, ya que nada le impidió antes del 10 de junio haber comunicado que no quería seguir».

En la misma línea se muestran en Laffer Abogados, uno de los despachos más destacados en derecho deportivo. «Normalmente, la literalidad del contrato suele prevalecer sobre el espíritu con el que se redactó esa cláusula. De esta forma, si es cierto que en el contrato figura la fecha del 10 de junio, eso juega a favor de los intereses del club». De nuevo, este despacho recalca que aunque son solo recomendaciones, la FIFA ya advirtió de esta cuestión y pidió que se actualizara cualquier cuestión de este tipo para evitar problemas, cosa que a tenor de los datos conocidos hasta ahora, Messi no hizo.

Varios expertos creen que si hay fecha escrita, Messi tiene las de perder, otros aseguran que lo importante es el espíritu de la cláusula

No lo ve tan claro Javier Ferrero, socio director del bufete especializado en derecho deportivo Senn Ferrero Abogados, para quien el espíritu con el que se redactó esa cláusula sí debe tenerse más en cuenta que la fecha concreta, si es que esta está incluida. «Lo más normal es que se fijara un día concreto para tomar la decisión porque se daba por hecho que entonces ya habría acabado la competición y el futbolista estaría conforme en esa situación que le permite tomar una decisión con todos los elementos de juicio (con las competiciones terminadas y sabiendo su resultado)». «No tiene sentido que Messi hubiera tomado una decisión así este 10 de junio cuando aún faltaba por disputarse la parte más importante de la temporada, tanto en Liga como en Champions League, de ahí que lo haya podido retrasar a este momento, cuando ya han finalizado las competiciones y puede valorar su situación», explica Ferrero, que añade que los contratos no se redactaban pensando que las fechas de finalización de las temporadas pudieran extenderse, como finalmente ha ocurrido por la crisis sanitaria. Es decir, que Messi estaría actuando bien, ya que comunica su decisión al término de la temporada, es decir, ahora. De ahí el burofax una semana después de caer en la máxima competición europea.

¿Disputa para llegar a un acuerdo?

En lo que sí están de acuerdo todos los expertos consultados es en que, más allá de las posturas jurídicas y legales contrapuestas, ambos tratan de cargarse de argumentos para lograr un acuerdo que, además, Messi debería tener resuelto antes del 5 de octubre, plazo en que finaliza el mercado de fichajes. Entienden que a ninguna de las dos partes le interesa acabar en los tribunales, algo que sería perjudicial para ambos, por lo que creen que los argumentos legales son cartas a jugar en la negociación.

Álvaro Zazo, exfutbolista y representante de jugadores de Roalza Sports, cree que si Messi ha optado por anunciar su salida del Barça utilizando la vía legal, es porque tiene claro que es una vía exitosa e incluso entiende que si se va —o se quiere ir—, puede tener apalabrado ya su fichaje con otro club. Sería difícil de entender si no, que haya lanzado públicamente un órdago así. Pero desde el ámbito legal, también creen que esa ha podido ser la mejor estrategia para conseguir el mejor acuerdo de salida. No hay que olvidar que la actual crisis ha golpeado el mundo del fútbol y quien contrate a Messi siempre le podrá dar mejores condiciones si va libre o bajo una cláusula baja que si tiene que pagar una cantidad muy elevada al Barcelona. Por otro lado, también se da por hecho que el club azulgrana ha sufrido problemas de tesorería por el covid-19 y tratará de lograr un acuerdo, aunque no ascienda al total de la cláusula de Messi, para aliviar su situación, una salida siempre mejor que finalmente se vaya gratis. Sin embargo, aquí también creen que las cuestiones más políticas que afectan a la actual directiva pueden pesar en el devenir de los hechos.

Foto de archivo de la última renovación de contrato firmado por Messi y el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. (Reuters)
Foto de archivo de la última renovación de contrato firmado por Messi y el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. (Reuters)

Los expertos en derecho deportivo consultados señalan que es improbable que el Barça pretenda demorar el enfrentamiento más allá del plazo del mercado de fichajes para evitar su salida. Si Messi sigue adelante con la interpretación que ha hecho de resolver su contrato sin pagar la cláusula y otro club le presenta como nuevo jugador en las próximas semanas, la federación de ese país deberá pedir a la Federación Española de Fútbol el Certificado de Transferencia Internacional que exige la FIFA. Aunque el FC Barcelona se niegue a darlo por entender que hay un incumplimiento por parte del jugador, la FIFA actúa en cuestión de días y siempre permite jugar de forma provisional hasta que se resuelve la disputa en cuestión. Los abogados consultados aseguran que la FIFA pone el derecho al trabajo y la libre circulación del futbolista por delante del litigio que tenga en cuestión. Dicho de otra manera, pensar que la disputa judicial se pudiera demorar meses y así evitar su salida no es una opción.

Llegados a ese punto, Messi podría jugar en el club que le hubiera fichado a la espera de que se dirima un potencial litigio en un juzgado de lo social en España por una cuestión laboral (una diferencia contractual). Otra cuestión es que si el FC Barcelona ganara el pleito, podría reclamarle como máximo esos 700 millones de euros de cláusula, algo que ven muy improbable los expertos consultados. Además, podrían pedir a la FIFA que sancionara al jugador y de ello incluso podrían derivarse consecuencias para el club que le hubiese contratado, pero nadie cree que se llegará a ese escenario. Caso diferente sería si quisiera fichar por otro equipo español, donde el FC Barcelona sí podría paralizar el traspaso. No obstante, tampoco es una hipótesis que se contemple.

Ahora está por ver hasta qué punto cada parte es capaz de exprimir sus argumentos legales. Si no media un acuerdo, como todos pronostican, hay batalla para largo.

Fuente: Elconfidencial.com (27/8/20) Reuters.com

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