Paro versus afiliaciones: las cifras claras

588307-estadisticas-de-las-empresas--grafico-blanco-sobre-un-fondo-blanco-sobre-un-piso-de-baldosasA lo largo de este último año estamos asistiendo a un apasionado debate en torno a la falta de sintonía entre los datos sobre la evolución del paro y del número de afiliados a la Seguridad Social que, en definitiva, nos ayuden a confirmar si existe realmente una inflexión hacia la recuperación y la creación de empleo en nuestro país.

Desde el principal partido de la oposición se señala que la divergencia entre la evolución del paro y la afiliación a la Seguridad Social durante los últimos 12 meses se debe a una estrategia del Gobierno «de expulsión y ocultación de los parados en los registros públicos de empleo con el que puede construir su discurso de recuperación y efectos positivos de la reforma laboral».

Sin embargo, desde el Gobierno se achacan esas diferencias a que ambos indicadores son diferentes y, por lo tanto, miden realidades que pueden no converger. Detrás de ello, la pregunta que surge es por qué cuando se publican dichos datos no coinciden los aumentos del paro con las caídas en afiliación, o al revés, los descensos en el paro con los aumentos de afiliación cuando, en teoría, así debería ser.

Si nos fijamos en los datos recién publicados correspondientes al cierre de octubre, observamos que la Seguridad Social registró un aumento medio de 54.927 afiliados respecto a septiembre, un 0,34% más. Sin embargo, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo en octubre subió en 87.028 desempleados, un 1,84% respecto a septiembre. Observamos por tanto, un mes más, que vuelve a haber una evolución dispar. No hay una respuesta única para esta pregunta. Hay diversas razones por las que la evolución del paro no tiene que ser similar a la vez que inversamente proporcional a la de la afiliación.

La variación de la población activa es el primer factor que interviene en estas mediciones, entendiendo por tal aquella que desea trabajar y que o bien está trabajando (los afiliados) o bien buscan trabajo (los parados). Si la población activa aumenta puede suceder que el paro aumente, o viceversa, ya que, en un momento como el actual muchos parados están resignados a no poder encontrar empleo por lo que no aparecen en los índices de desempleo, -efecto desánimo-, o a un posible incremento de la emigración, de tal manera que el paro puede bajar sin que necesariamente se cree empleo y aumenten los cotizantes. Esto sería aplicable a aquellos jubilados que dejan las listas de afiliados, pero no ingresan en las de paro, o la de los jóvenes que encuentran un trabajo sin haber estado previamente inscritos en las listas del desempleo.

Otros motivos son de orden estadístico. Por un lado, se dan casos en los que un nuevo afiliado no es descontado de las listas del desempleo o viceversa. Pero además se procede de una manera diferente en la toma de registros de ambos indicadores. Si en el caso de los datos de paro se publican los obtenidos el último día de cada mes, en el caso de la afiliación a la Seguridad Social, los datos publicados se basan en el promedio del número de afiliados que ha habido en España en cada uno de los días de ese mes, y no refleja el dato del último día, lo que puede llevar a variaciones.

Depende de la forma de mirarlo

La mejor manera de establecer si se produce la pretendida salida de la crisis en el mercado laboral o que al menos estamos ante un cambio de tendencia, es a través de la afiliación desestacionalizada y de las variaciones interanuales de desempleo y afiliaciones. Si aplicamos a los datos de octubre los filtros estadísticos para compensar los efectos estacionales observamos que el paro bajó en octubre en 8.239 personas, mientras que la tasa desestacionalizada de la afiliación aumentó en octubre en 71.245 cotizantes (+0,44%).

Este avance de la afiliación es el mejor dato en un mes de octubre desde el comienzo de la crisis, aunque no significa que confirme el cambio de tendencia ni que haya creación de empleo neta, esto es, la variable que descuenta el efecto del paro registrado. Si, por otro lado, tomamos como referente las comparaciones anuales, observaremos que la afiliación sigue siendo un 2,25% inferior a la de hace un año y el paro registrado es ahora solo un 0,46% inferior al de 2012 por estas fechas.

Qué todo esto se vea como un punto de inflexión o que el ritmo de destrucción de empleos se ha reducido sólo depende de la forma de mirarlo. Esperamos que los datos positivos en ambas magnitudes se consoliden en los próximos meses para poder dibujar un horizonte más esperanzador sobre el mercado laboral español. Porque otro debate será el de la calidad del empleo creado durante este periodo.

Rocío Gallego. Profesora titular de la Universidad Rey Juan Carlos.

Fuente: Eleconomista.es (6/11/13)

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