Lo que está pasando con las herencias dice mucho de nuestra sociedad

El estudio La roue de la fortune. Constitution et transmission des patrimoines dans la France contemporaine, realizado por Jérôme Fourquet y Marie Gariazzo para la Fundación Jean Jaurès, refleja una serie de cambios significativos en los procesos sucesorios. Por más que queden acotados a Francia, el país objeto del estudio, aparecen reflejadas en él prácticas que tienden a ser comunes en las sociedades occidentales. El estudio tiene especial interés porque, además del análisis estadístico, recoge las aportaciones de profesionales del derecho, gestores de fortunas y agentes inmobiliarios, que son quienes, por su actividad diaria, atestiguan en primer lugar las transformaciones.

La percepción de la inestabilidad es un elemento que recorre las decisiones que se toman sobre el legado del patrimonio Aseguran Fourquet y Galazzo que, en el país galo, los inversores y las familias ricas dudan en comprometerse a largo plazo, ya que “la incertidumbre fiscal frena a quienes quieren invertir en inmobiliario o en empresas familiares”, según testimonia Jean-Philippe, gestor de patrimonio en la Sarthe. Esa indecisión beneficia a los fondos de capital privado y a los compradores extranjeros, que adquieren activos, en ocasiones a precios reducidos, y que están mucho más dispuestos a correr con los teóricos riesgos. En España, el inmobiliario continúa siendo una opción de inversión, pero lo cierto es que hay problemas con la sucesión de las empresas familiares, ya que muchos hijos optan por no proseguir la actividad paterna o prefieren el capital que aporta su venta antes que mantener la empresa. A menudo, el destino de la herencia se decide en el momento de la jubilación paterna.

«Nuestros padres ahorraban, mientras que nosotros estamos en la sociedad de consumo, tenemos muchas elecciones y tentaciones»

La incertidumbre, sin embargo, opera en un sentido diferente para quienes tienen menos dinero. Se ha vuelto habitual la venta de propiedades por parte de jubilados con el objetivo de cubrir necesidades presentes, ya sea para compensar el aumento del coste de la vida, ya para ayudar a los hijos. Es un aspecto que debe subrayarse, en la medida en que se desprenden del patrimonio justo cuando creían haber llegado a un lugar seguro, el de la jubilación. 

Las transformaciones

Los cambios en las costumbres son notables. En las generaciones anteriores, en especial las nacidas en la época de la Segunda Guerra Mundial o en los años posteriores, existía una necesidad de guardar para el futuro. Habían conocido la escasez y temían su regreso, por lo que optaban por guardar para tiempos peores. Esa mentalidad ha desaparecido. Como afirma una de las encuestadas, Danielle, de 60 años, “nuestros padres ahorraban, mientras que nosotros estamos en la sociedad de consumo, tenemos muchas elecciones y tentacionesEllos vivían para trabajar y nosotros trabajamos para ir de vacaciones”.

«Hace 20 años, firmaban en la notaría lo que los padres querían. Hoy dicen ‘no me interesa tener un tercio de un bien, prefiero el efectivo’”

Otro aspecto en el que se aprecian cambios sustanciales es en la anticipación. Un gestor parisino asegura que la generación que ahora tiene 60-70 años ya ha preparado su sucesión: no esperan al fallecimiento para repartir entre los hijos lo que tienen, lo han organizado antes. Tampoco los descendientes evitan el asunto; más al contrario, en muchos casos lo promueven activamente. Si en el pasado tratar el tema de la herencia con los padres era más complicado, en parte porque evocaba una futura ausencia, hoy, como asegura Catherine, jubilada en la sesentena que trabajó en la función pública, “nuestros hijos nos hablan de cosas de las que nunca habría hablado con mis padres a la misma edad”. Ya casi nadie espera al deceso. El legado se planifica.

También se transmite de forma muy diferente. A menudo, afirma François, notario en Laval, los hijos son actores en la toma de decisión. Hace veinte años, llegaban a la notaría y firmaban lo que los padres querían. Hoy no dudan en decir ‘no me interesa tener un tercio de tal bien, prefiero 100.000 euros en efectivo. El poder tiende a invertirse”. En ese cambio, influye una variación en la manera relacionarse entre padres e hijos. Los sentimientos y los deseos se expresan más y se tiene en cuenta la voluntad de los descendientes. Pero esos cambios en las relaciones también afectan en sentido negativo. El alejamiento de padres e hijos, la distancia física y emocional, es a veces mayor. “Tengo clientes que no han visto a sus hijos desde quince o veinte años”, afirma André, notario en Cholet, y que “procuran sobre todo asegurar al cónyuge en las herencias. En ocasiones, vienen a verme para desheredar a su hijo o a su hija. Ocurre más a menudo que antes”.

Dar en vida: el soporte parental

El cambio más significativo es la frecuencia con que el dinero va de padres a hijos sin que medie herencia. Hay muchos factores que llevan a transmitir en vida, pero el predominante es que cada vez es más necesaria la ayuda parental. Los modos más frecuentes son el préstamo o la donación con motivo de la compra de un bien, como la vivienda, los regalos en ocasiones especiales (matrimonio, nacimientos), la puesta a disposición gratuita de un alojamiento o el pago de un alquiler, el ingreso regular de una suma de dinero, etc. La herencia comienza a disfrutarse antes. Como describe Valerie, profesional inmobiliaria en la cincuentena, “ayudar a los hijos constituye un gasto importante”. Cada semana hace la compra con su hija y llena su carrito de productos de calidad “para evitar que se alimente mal, con comida de bajo precio”. Laurent, profesional sanitario, paga la gasolina y los billetes de avión de las vacaciones de su hijo. Emplea una parte de su presupuesto, no desdeñable, en ayudarle, pero lo ve necesario. Es consciente además de que tendrá que respaldarle cuando se marche de casa y compre una vivienda.

La herencia anticipada y el respaldo familiar conforman una parte decisiva de la ecuación para forjar un camino vital y profesional

Según una encuesta del Insee (Institut national de la statistique et des études économiques), citada por el estudio, de las familias que han ayudado a sus hijos cuando estos se fueron de casa, cuatro de cada diez prestaron apoyo cuando eran estudiantes, y siete de cada diez cuando ya estaban instalados y contaban con empleo estable. El 53 % les ha dado dinero con ocasión de una compra (como el coche o la vivienda) o de un acontecimiento (cumpleaños, matrimonio, fiesta de Navidad, nacimiento…): y el 23 % les gira cantidades mensuales. Cuando los hijos crecen, ayudan a los nietos (pagando la ropa, los gastos de guardería, las actividades deportivas, las vacaciones, etc.). Esto ocurre en familias de todos los niveles patrimoniales.

Las ayudas en el seno de familias con un patrimonio más elevado tienen los mismos destinos, pero añaden algunos otros, como atestiguan los notarios y los gestores consultados. En este contexto en el que la herencia post mortem retrocede, pero la familia está más presente a la hora de brindar apoyo material continuo, los hijos de las clases con más recursos son materialmente respaldados a la hora de emprender, de crear empresas, de reconvertirse profesionalmente o de adquirir activos patrimoniales. También en el momento en que existen acontecimientos inesperados, como el divorcio, el despido o la liquidación de su empresa. La ayuda familiar “se convierte para muchas personas en un componente estructural de los proyectos de vida y del campo de los posibles”: la herencia anticipada y el respaldo familiar forman ahora parte de la ecuación para forjar un camino vital y profesional.

Los temores de la edad

El alargamiento de la vida también genera situaciones novedosas en lo que respecta a las herencias. En un sentido, porque el dinero que se anticipa a veces se salta una generación, y se destina en primer lugar a los nietos. En otro, porque se ha creado una nueva barrera simbólica. Como señala Jacques, notario de Pays de la Loire, con una experiencia de 25 años en la profesión, “las personas que transmiten patrimonio lo hacen a menudo antes de los 80 años. Pasada esta edad, surge el miedo a que faltea estar desprovisto de capital cuando es necesario, que aparece incluso en patrimonios importantes”. Uno de los temores más frecuentes es el convertirse en una carga; no quieren depender de sus hijos. Son los años en que las condiciones físicas empeoran y se expresa de manera viva la prevención frente a los gastos que supondría una residencia medicalizada: “Si un matrimonio cobra una pensión, entre ambos, de 3.000 euros al mes, puede tener una vida tranquila. Pero si alguno de ellos debe ser ingresado en una residencia, todo cambia. Aquí, en la Sarthe, el coste promedio es de 2.500 euros por persona y mes”.

«Hay cierta angustia en los mayores respecto de la pérdida de poder adquisitivo en la jubilación”

Al mismo tiempo, y especialmente en aquellos que poseen un patrimonio que no es elevado, aparecen nuevas preocupaciones en el momento de la jubilaciónporque tratan de reservar recursos para su propio consumo: “Hay cierta angustia respecto de la pérdida de poder adquisitivo en la jubilación”, y no solo ligada a la posible dependencia, que provoca que se ralenticen las transferencias entre padres e hijos cuando los ingresos decaen por la retirada profesional.

El estudio de la Fundación Jean Jaurès subraya, en todo caso, una serie de preocupaciones relativamente novedosas respecto de la transmisión del patrimonio entre padres e hijos. En muchas ocasiones, resultan significativasporque esa desconfianza respecto del futuro que está presente en las generaciones más jóvenes también aparece en las mayores. En algunos de ellos, los que gozan de menor poder adquisitivo, porque la jubilación significa una reducción de sus ingresos, y entre quienes poseen cierto patrimonio, por las consecuencias de una enfermedad que exija cuidados. Quienes poseen más, tratan de planificar anticipadamente la sucesión y, sobre todo, transfieren la herencia mucho tiempo antes del fallecimiento.

Fuente: elconfidencial.com (11/10/2025) pixabay.com

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