¿Qué quiere decir Fiat y cuál es su historia?

La Fabrica Italiana de Automóviles de Turín (FIAT) nació un 11 de julio de 1899 en dicha ciudad industrial. Situada en el norte de la península transalpina, siempre se ha considerado como el verdadero centro de poder del país. La empresa Fiat no iba a ser menos, al protagonizar grandes hitos de la historia del automovilismo italiano.

Recientemente ha pasado a conformar el cuarto mayor grupo automovilístico mundial, Stellantis, al fusionar sus marcas asociadas (Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Chrysler, Jeep, Dodge y RAM) a las del grupo francés PSA (Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall). 

La evolución de Fiat desde sus orígenes ha sido paralela a la de su logo, que inicialmente era una chapa de latón de estilo barroco adherida a la carrocería. En ella se indicaba la procedencia junto al número de serie del coche.

Una prolífica trayectoria a lo largo de más de un siglo, y dos guerras mundiales mediante, han dado para muchos éxitos en la historia de la marca. Dirigida en sus inicios por el brillante empresario Giovanni Agnelli, la Fiat pronto despuntó industrialmente.

En 1906 ya empleaba a 1.500 trabajadores que producían anualmente 1.150 coches, una cifra extraordinaria para la época en Europa. En las plantas de Estados Unidos, Henry Ford se disponía por entonces a alcanzar las 1.700 unidades.

El éxito de los utilitarios 

Desde entonces, la empresa turinesa no dejó de crecer y pronto consiguió aumentar espectacularmente su producción. También entró en la historia del automóvil con importantes hitos deportivos (como ganar en 1912 las 500 Millas de Indianápolis) o decisivos logros industriales. Por ejemplo, surtió de vehículos ligeros y aviones al ejército italiano durante la I Guerra Mundial

En 1923, Fiat asombra al mundo inaugurando su fábrica turinesa de Lignotto, por entonces la más grande, avanzada y moderna de Europa. En su edificio de estilo modernista integró en su tejado una espectacular pista de pruebas para desarrollar y verificar el funcionamiento de los vehículos allí producidos. 

Fiat prosiguió su crecimiento y también sobrevivió a la II Guerra Mundial fabricando los aviones, tanques, barcos y locomotoras necesarios para la contienda. Y unos años más tarde, ya en la década de los sesenta, recibió otro importante impulso de la mano de Gianni Agnelli. El nieto heredero del fundador convirtió definitivamente a la marca en uno de los gigantes automovilísticos mundiales.

Evolución del logotipo Fiat.

Del topolino al 500

Agnelli adquiríó otras firmas italianas como Autobianchi, Abarth o Ferrari y diversificó el negocio con participaciones financieras en empresas de otros sectores. Una drástica expansión en la que la influencia de la empresa trascendió el sector industrial, interviniendo cada vez de forma más importante en muchos de los designios sociales y políticos del país.

Desde el Topolino de los años treinta del siglo XX, Fiat ha repetido grandes éxitos comerciales con modelos utilitarios y asequibles. Por ejemplo el 500, que ha sido resucitado ahora como paradigma de la electrificación en el transporte urbano.

O los 124, Panda, Uno, Tipo, Punto… que también fueron superventas en su día. Y a la par, las fábricas de Fiat se fueron expandiendo por el mundo, inaugurando plantas en diferentes países como Rusia, Polonia, Brasil, Sudáfrica o China. 

Y al tiempo que Fiat evolucionaba, también lo hacía su logo que, de aquella primera chapa identificativa de latón, ha pasado por muy diferentes estilos hasta llegar al moderno emblema que ahora lucen sus automóviles.  

Fuente: elpais.com (3/4/22) pixabay.com

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