El creador de los emojis no ganó un yen

Afirma que nunca imaginó que sus diseños llegarían a convertirse en la forma de comunicación de mayor crecimiento del mundo. De haberlo sabido, es probable que hubiera firmado algún documento que certificara su autoría y que le permitiera cobrar derechos de autor. En estos momentos habitaría una isla de su propiedad en lugar de dejarse entrevistar por PAPEL. Pero no lo hizo -emoticono rojo de rabia- y aquí estamos.

«Los emojis [pronunciado emochis] en sí son pictogramas como los signos de una cara sonriente :-), que no se pueden patentar», explica su inventor. «Pero NTT DoCoMo, la empresa para la que yo trabajaba, se quedó con los derechos para diseñar los emojis que desarrollé».

Entre 1998 y 1999, con 26 años, Shigetaka Kurita (Ogaki, Japón, 1972) diseñó el primer lote de los pictogramas que han puesto emoción a los mensajes cortos y coto a las muchas dudas semánticas que generan. ¿Habrá entendido que es irónico? ¿He sonado demasiado seco? ¿Qué habrá querido decir mi jefe exactamente con la flamenca? Curioso, por cierto, que según la Emojipedia, el emoticono más utilizado sea el de una persona encogiéndose de hombros, por encima de la cara que llora de risa o el corazón.

«Todo empezó porque en Japón, a mediados de los 90, y antes de que se popularizaran los móviles, existían unos buscas llamados Pocket Bells muy usados por la gente joven, en parte porque tenían el símbolo del corazón», cuenta el inventor. «Pero entonces sacaron una nueva versión más dirigida a los negocios y lo quitaron. Los usuarios jóvenes pusieron el grito en el cielo, dejaron DoCoMo y se pasaron a una compañía que mantuvo el corazón». Kurita, que ya tenía el convencimiento de que los mensajes cortos se podían malinterpretar, supo así que los símbolos tenían que ser, sí o sí, parte de cualquier mensajería de texto.

Los primeros emojis diseñados por el japonés los lanzó DoCoMo en febrero de 1999 para el servicio I-Mode, el primer sistema relevante de internet móvil del mundo. Encontró inspiración en el manga, los caracteres o ideogramas chinos (kanji) y las señales de tráfico. Buscaba símbolos que evocaran pensamientos o emociones de manera inmediata sin ser susceptibles de gustar o no gustar, como sucede con dibujos más elaborados.

El resultado fueron las 176 imágenes de 12×12 píxeles en blanco y negro que se convirtieron en la base que seguirían todos los emojis a partir de entonces. «En un mes pasamos del concepto al desarrollo», cuenta. «Primero hice una lista de todos los pictogramas necesarios, la reduje a unos 200 y pensé en el diseño. Había que representarlos en 12×12, lo cual limitaba mucho la creatividad y hacía que fueran pocas las variaciones posibles. Fue complicado expresarse en 12×12».

El MOMA le dedicó una exposición y su mujer tuvo que pagarle el avión a Nueva York

Curioso que entre los pictogramas que Kurita consideró entonces necesarios, y que su empresa aprobó, se encontraran las cinco fases lunares, un paraguas abierto y otro cerrado, más tres tipos de relojes (de muñeca, de mesa y de arena). «Uno de los objetivos principales en aquel momento era hacer que las previsiones del tiempo fueran más fáciles de transmitir por mensajes cortos», explica. «En principio eran algo diseñado para Japón y yo no podía imaginar entonces que se extenderían por todo el mundo».

Buscaba asímismo que fueran universalmente entendibles. Y parece que lo ha logrado. ¿Quién no se ha visto sorprendido por su abuela acompañando sus WhatsApp de un dedo levantado, en señal de acuerdo? Y quién no se ha sobresaltado por ese otro incomprensible mensaje, también firmado por la yaya, y rematado con un cuchillo, que ha resultado después ser un simple test de uso.

Hoy en día existen 1.800 emojis que son utilizados por el 90% de la población online. Según el informe The App Date, en España un 96% de las personas prefieren usar una aplicación de mensajería a hablar por teléfono. Pero ojo, porque, aunque todos creemos entenderlos, no todos los interpretamos de la misma manera. «Mi pictograma de una cámara de cine fracasó porque todo el mundo pensaba que era un pez globo y el emoticono con lágrimas de risa, que en la mayoría de países se interpreta como algo positivo, en Japón es más bien una expresión negativa», explica Kurita.

Malentendidos. El emoticono de ojos cerrados y una lágrima que se utiliza en Occidente para señalar tristeza significa originalmente dormir y así se entiende en Asia. El muchacho o la muchacha que agacha la cabeza en señal de desesperación en realidad está haciendo una reverencia. «Creo que el próximo paso con los emojis será la localización», dice. «Todavía hay muchos símbolos particulares de la cultura y la sociedad japonesa porque aquí se inventaron, y creo que pasará lo mismo con otros países».

Nuestro país se ha estrenado en la senda de la españolización de los emoticonos con la paella. Éste ha sido el primer emoticono patrio en ser aceptado por Unicode, en mayo de 2016, tras lo cual todas las plataformas que los ofrecen lo incorporaron a sus sistemas. Unicode es el consorcio encargado de estandarizar cualquier carácter codificado para la representación de texto, desde letras a emoticonos, pasando por signos de puntuación. U+1F63B, por ejemplo, es el número para el «gato que sonríe con ojos de corazones», y se podría comparar con su ADN, pues cada carácter tiene el suyo.

PaellaEmoji, la promotora valenciana que impulsó la candidatura del plato levantino, se aseguró de que no se cometiera sacrilegioemoji alguno: en las diferentes representaciones sólo hay ingredientes de la auténtica paella valenciana. ¿Qué le parece al señor Kurita? «Estoy encantado de que se haya aprobado el emoji de la paella, una comida de alma española. Además, es la paella original», explica, conocedor del tema, y con la actitud deferente que viene de serie en los nipones.

Aunque ya no se dedica a la creación de pictogramas, Kurita sigue involucrado en el diseño de servicios y contenidos para la comunicación en internet. El japonés viajó recientemente a Nueva York para asistir a la inauguración de la exposición de sus 176 emojis originales, adquiridos por el MOMA. Los billetes de avión los pagó su mujer y sólo se pudieron quedar dos noches por lo caro del alojamiento. Pero por su cara de (emoticono feliz) durante el evento, se diría que no alberga resquemor.

Quizás preveía que esto sucedería, y por eso no incluyó la cara de ricachón -actualmente disponible- entre sus 176 primigenios emojis.

Fuente: Elmundo.es (21/8/17)

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