Dos plataformas bálticas se esfuman y dejan a miles de inversores españoles atrapados

Jorgen Wolf es un informático danés que trabajaba en una multinacional. En la primavera 2015, harto de ganar lo justo para pagar sus facturas, se matriculó en uno de los cursos del popular gurú de las finanzas Bob Proctor. Entre otras muchas teorías, Proctor afirma que existe un camino científico, y por tanto infinitas veces replicable, para hacerse rico, y que, naturalmente, él lo conoce y está dispuesto a enseñárselo a cualquier a cambio de unos cientos de dólares.

Wolf pagó y salió de allí adscrito en el Movimiento FIRE (Financial Independence, Retire Early), un estilo de vida que propone, en líneas generales, ganar el máximo dinero posible, gastar lo mínimo e invertir la diferencia para incrementar el ahorro. Si la tasa de ahorro que recomiendan los financiarios está entre un 10% y un 15% del sueldo, los FIRE propugnan superar el 70%. El objetivo, como su nombre indica, es acumular el capital suficiente para vivir lo que te quede de vida y «liberarte cuanto antes de la esclavitud de la nómina», como dice Wolf. El danés dejó su trabajo y se mudó con su familia a la costa portuguesa, donde dice ser «un papá de esos que está todo el día en casa para jugar con los niños».

El danés sostiene que genera más de 5.000 euros al mes, de los que es capaz de ahorrar 3.400. Lo hace a través de una cartera de inversión basada en el inmobiliario y en nuevos modelos de negocio como el ‘crowdlending’, que promete rentabilidades del 25%. A diferencia del ‘crowdfunding’, que invierte en proyectos e ideas, el ‘crowdlending’ trabaja préstamos personales y empresariales, con el objeto de obtener una rentabilidad y no un producto. Según las tablas que publica, Wolf es capaz de mantener a toda una familia sin salir de casa mientras consigue un ahorro anual de unos 22.000 euros.Dropshipping, el negocio de moda que está arruinando a los veinteañerosALFREDO PASCUALLa generación Z, los hermanos pequeños de los millennials, están descubriendo el mundo de los negocios. Y también el de los vendedores de humo

Esto es lo que cuenta Jorgen en su blog, encabezado por una playa del Caribe y una frase: «El camino a la libertad financiera empieza aquí«. Y, aunque parezca ridículo, se ha convertido en el referente de este tipo de inversiones y cuenta 60.000 lectores en su blog cada mes. Como el resto de gurús, a Wolf no le vale con tener dinero y ser feliz: necesita contárselo a los demás, de modo que no solo publica su portfolio para que sus fieles lo repliquen, sino que también analiza las plataformas de inversión y ofrece su opinión sobre los proyectos en los que se está invirtiendo.

Dos de los fondos que más recomendó el año pasado fueronEnvestio yKuetzal, ambos con sede en Estonia, adonde incluso viajó para conocer a los dirigentes y los proyectos en los que se invierte de primera mano. Wolf regresó encantado e incitó a miles de pequeños inversores a poner sus ahorros en estas plataformas, cobrando una comisión por cada uno, e incluso invirtiendo personalmente en ellas (o al menos eso dice en sus registros). «Envestio no es un timo, porque los timadores evitan el contacto personal y a mí me han enseñado las instalaciones, los proyectos y las personas que trabajan allí», escribió en su blog el pasado verano.

La policía de Estonia cree que los dueños de Envestio se pueden haber fugado con 30 millones de euros

El pasado 21 de enero, los inversores de Envestio, una de las mayores empresas de ‘crowdlending’ del área báltica, no pudieron conectarse a la plataforma para operar. Los responsables adujeron un ataque informático que se resolvería en horas, pero Envestio nunca volvió a estar operativa. Desaparecieron sus cuentas en las redes sociales y sus directivos dejaron de contestar los correos electrónicos. Sus más de 15.000 inversores, en torno a 1.000 españoles, no han vuelto a saber nada más de ellos. La policía estonia maneja la teoría de que se han fugado con 30 millones de euros y ya ha procedido a bloquear sus cuentas para recuperar lo posible.

Unos días antes, a finales de diciembre, algunos inversores de Kuetzal denunciaron que no se les permitía sacar su dinero. El fondo, uno de los recién llegados a la escena báltica, cambió de CEO de un día para otro para sofocar la crisis y envió un correo informando a sus clientes de que las cuentas estaban bloqueadas por una investigación de blanqueo de dinero. El 12 de enero anunciaron el cierre definitivo de la plataforma y que se liquidarían cuentas con todos los inversores. Sin embargo, desde entonces sus clientes, inquietos por la falta de noticias, han descubierto que los proyectos en los que supuestamente invertían son falsos y que el CEO de reemplazo, escogido para responder a los afectados, ni siquiera tiene contrato con Kuetzal. Nadie responde al teléfono desde hace días y se están organizando batidas para encontrar a los fundadores.

«Mi mujer aún no lo sabe»

Muchos inversores, siguiendo los consejos de gurús como Wolf, invirtieron en las dos plataformas. Es el caso de Maxi, un camarero de Granada de 37 años. Puso más de 5.000 euros en Envestio y otros 4.000 en Kuetzal, prácticamente todos sus ahorros. «No te voy a decir que invertí por Jorgen Wolf, aunque es obvió que contribuyó, él y otros tantos blogueros que aconsejan sobre IT Finance. Los lees, ves sus cuentas y en los foros te encuentras con personas reales, trabajadores de clase media, que han hecho dinero con estos métodos. Y te lanzas», dice a este periódico. «No crees que vayas a vivir invirtiendo desde el portátil en tu barco, como te quieren hacer ver, pero sí parece posible sacarte un complemento al sueldo».

A los lados, los fundadores de Kuetzal; en el centro, el gurú Jorgen Wolf. (Financially Free)
A los lados, los fundadores de Kuetzal; en el centro, el gurú Jorgen Wolf. (Financially Free)

Maxi aún no ha sido capaz de decírselo a su mujer, por eso pide que no se publique su apellido. «En realidad no me creo aún que haya perdido todo mi dinero, tengo la esperanza en que la policía estonia trinque a estos estafadores y recuperemos algo, aunque no sea todo». Pasa los días mirando en Telegram el grupo Envestiodonde 682 estafados españoles se intentan poner de acuerdo para interponer una demanda en el país báltico. A Nick, un italiano afincado en España, el cierre le pilló con poco dinero, aunque también en las dos plataformas: «Es muy habitual que los inversores en ‘crowdlending’ diversifiquemos, porque es un negocio con mucho riesgo y no se puede poner todo en un mismo fondo. Yo acepto que puedo perder mi dinero a cambio de una buena rentabilidad, pero no que se fuguen los dueños con mi dinero», dice. «Aunque no me puedo quejar: en las listas de afectados he visto a españoles que han perdido 130.000 euros«, dice.

Hace unos años, los países bálticos emprendieron un camino hacia la total digitalización que ha derivado en la relajación de todos los procesos burocráticos. Cualquiera puede, por poner un ejemplo, obtener la ciudadanía digital o montar un negocio en Riga o Tallin por internet, sin salir de casa. Muchas jóvenes empresas han encontrado en Estonia el escenario ideal para prosperar, pero la idea de dirigir una empresa a miles de kilómetros de distancia también parece seducir a los delincuentes financieros.

El abogado de los afectados teme que haya mafias internacionales involucradas en el fraude

«Invierto en ‘crowdlending’ en Estonia porque me parece una forma estupenda de redistribuir la riqueza. Yo decido a quién le presto mi dinero y en qué condiciones, eliminando así intermediarios. Si quitamos a los bancos de la ecuación, ambas partes salimos beneficiadas a nivel económico», dice Nick. Como el resto de inversores, el italiano siente cierto desamparo al tener que acudir a las autoridades estonias, pero cree que no es culpa del país: «Allí han creado un ecosistema bueno para las empresas, y lo demuestran otros negocios legales que han funcionado antes. Para mí el problema es la ausencia de regulación: Europa necesita una entidad reguladora comunitaria que tenga poder para tomar acciones contra este tipo de empresas, como sucede en Reino Unido», dice.

«Cítame solo con el nombre, no con los apellidos. Todavía no sabemos a qué tipo de mafia vamos a meter en la cárcel», dice Guillermo, un español con sede en Dubái que está reuniendo a los afectados y coordinándolos con un despacho de abogados en Estonia. «Ahora mismo tenemos a 300 españoles afectados por Kuetzal, por un valor de 3 millones de euros, y a otros 1.500 por Envestio, por valor de más de 8 millones, pero irán sumándose casos», dice. Él y su esposa Azucena han recaudado casi 80.000 euros de los afectados para interponer una demanda internacional contra Envestio y Kuetzal, aunque también se está distribuyendo un formulario elaborado por el abogado Alberto Moral para presentar ante la Policía española. La UDEF ha pedido que no les envíen más correos, ya que han colapsado su buzón y no pueden atender otras demandas.

¿Y qué dice Wolf de todo esto? Se considera el primer afectado y ha incluido avisos en sus análisis, pero no los ha borrado y siguen apareciendo destacados en Google. No ha vuelto a publicar en el blog desde hace un mes.

Fuente: Elconfidencial.com (03/02/2020) Pixabay.com

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