Empresa come empresa: ¿cómo se gestan compras como la de Iberia y Air Europa?

Apenas faltaba una hora para que abriesen los mercados el pasado lunes cuando saltó la sorpresa: «Iberia compra Air Europa por 1.000 millones de euros». Las alertas de los medios comenzaban a llegar al móvil anunciando una de las operaciones más relevantes del sector aéreo español en los últimos años. Casi al mismo tiempo se anunciaba la adquisición de Ebury por parte del Banco Santander, una compra más pequeña pero también relevante en su sector.

No son las únicas operaciones que en los últimos días sobrevuelan los mercados, dentro y fuera de España: Xerox y su oferta de 30.000 millones de dólares para hacerse con su competidora, HP; Fiat y PSA, que han confirmado sus negociaciones para fusionarse y crear uno de los principales grupos automovilísticos mundiales; Imperial Brands, que también ultima el proceso para deshacerse de Tabacalera, su filial española… Y luego están los bancos; sólo en España se habla de fusiones para las que Banco Sabadell, Bankia, Liberbank o Abanca suenan como potenciales candidatos.

El mercado de M&A (Mergers & Acquisitions), que es como se denomina a la actividad de fusiones y adquisiciones, parece haber recobrado fuerza en la última parte del año tras unos meses aletargado. Hay mucha liquidez disponible en el mercado y empresas que aprovecharon la crisis para reforzarse y reposicionarse en el escaparate, algo que no pasa desapercibido para compradores, vendedores y todo el universo de bancos, consultoras, abogados y expertos que participan en las transacciones.

«2019 está siendo un año muy bueno en cuanto a operaciones de este tipo, aunque el récord se batió en 2018», confirma Borja Arteaga, socio-director general de PJT Partners en España. Borja lleva 25 años trabajando en el sector y conoce bien los entresijos de estos procesos. Cuenta a EL MUNDO que la manera de prepararlos es distinta si el cliente es el comprador o es el vendedor, pero que en ambos casos «hay un trabajo preparatorio muy grande».

Pese a lo inesperado del anuncio, pocos creen hoy que la venta de Air Europa fuera una cuestión rápida. Horas después de cerrarse el acuerdo, Juan José Hidalgo aseguró a este diario que se sentía «triste» por haber acabado en manos de su histórica rival. «La operación la ha cerrado mi hijo, es él quien la puede explicar», confesó. Dicen que las negociaciones se llevaron con tal nivel de secretismo que sólo el núcleo duro de la familia Hidalgo (propietarios de Globalia, el grupo al que pertenecía la aerolínea) y un reducido grupo de directivos estaban al tanto de ellas. Quizá de ahí la sorpresa y quizá de ahí también la discreción, un elemento fundamental para que negociaciones de este tipo lleguen a buen puerto.

El origen

Pero, para que eso ocurra, ¿de dónde se parte? ¿Dónde empiezan a gestarse las operaciones corporativas? Suelen tener un doble origen: o bien los bancos de inversión, que analizan el mercado y las empresas y les sugieren opciones que pudieran ser interesantes, o bien los equipos de desarrollo de negocio de las propias compañías, que rastrean permanentemente el panorama en busca de oportunidades atractivas.

Una vez que la firma compradora o la vendedora se decide a ir adelante con la idea, suele producirse un contacto al más alto nivel entre representantes de ambas. Se trata de un acercamiento más amistoso de lo normal y, en caso de que resulte exitoso, empiezan a incorporarse el resto de piezas fundamentales para cerrar el trato. «Es un proceso muy estandarizado. Se firman pactos de confidencialidad, pactos de exclusividad y se establecen una serie de pasos que concluyen en un documento base o MOU (memorandum of understanding)», apunta Enrique Carretero, socio de M&A del despacho de abogados Baker McKenzie.

En su opinión, es fundamental «que las empresas cuenten con mucho asesoramiento desde una fase inicial, tanto en el terreno financiero como en el aspecto fiscal y legal», ya que eso permite estructurar y diseñar todo el proceso con las debidas protecciones y eleva las posibilidades de éxito finales.

El impacto de la incertidumbre

El mercado de M&A vivió un año de récord en 2018, pero este ejercicio tampoco ha ido mal para el sector. Los expertos coinciden en que, aunque las operaciones y los volúmenes se han moderado, el balance a final de año será bastante positivo, tanto a nivel global como a nivel local.

«La actividad de M&A es muy cíclica. Cuando el PIB crece, el M&A crece mucho más, y al contrario, cuando baja el PIB, las compras y adquisiciones bajan mucho más. Si la economía empeora, el mercado también va a empeorar, pero eso no significa que se vayan a frenar las operaciones», apunta Juan López del Alcázar, socio director del área de Transacciones de EY. En España, los pronósticos también apuntan en una dirección razonablemente optimista.

«Las compañías españolas salieron de la crisis muy reforzadas y con dos características principales: se volvieron más internacionales y más ágiles por la reducción de sus costes», apunta Borja Arteaga, socio-director General de PJT Partners en España. Esto las coloca en una posición muy atractiva para potenciales compradores que rastrean el mercado en busca de oportunidades.

Aunque la mayoría de ellas son pymes, se presentan con un perfil «muy competitivo que hace que tenga sentido comprar compañías españolas para integrarlas y crear un gran player en un determinado sector», describe López del Alcázar.

Según el informe Global Transaction Forecast, elaborado por Baker McKenzie en colaboración con Oxford Economics, la actividad de fusiones y adquisiciones bajará en España en 2020 desde las 937 transacciones previstas para este año hasta las 892 del siguiente, un 4,8% menos. De acuerdo con el mismo estudio, también descenderá el valor de las operaciones, tanto nacionales, que disminuirán levemente en 2020 de 6.800 millones de dólares a 6.400 millones de dólares, como transfronterizas, donde el valor estimado para 2020 es de 16.100 millones de dólares. En conjunto, para el próximo año se esperan transacciones valoradas en 22.500 millones de dólares en España, un descenso del 6.6% si se compara con los 24.100 millones de dólares de valoración de las transacciones llevadas a cabo en 2019.

La desaceleración económica, la incertidumbre política -este domingo se celebran las cuartas elecciones generales en cuatro años- y el impacto de las tensiones geopolíticas internacionales -con hechos como la guerra comercial o el Brexit en el escaparate-, también están pasando factura a esta parte del mercado.

«Lo que menos gusta a los inversores es la incertidumbre. Todo lo que tenga que ver con riesgo geopolítico, Brexit, Cataluña… son elementos que provocan inseguridades y pueden hacer que se frenen las operaciones corporativas. Pese a ello, ha sido un año bueno en transacciones, y es que los inversores descuentan que hay mucho ruido pero poco riesgo real», explica Juan López del Alcázar.

Son muchas las operaciones que se lanzan y muchas también las que se quedan a mitad de camino. «Los ajustes en la valoración inicial de una empresa o el proceso de due diligence son las razones que más frecuentemente explican los fracasos», apunta Javier Menor, socio de M&A y responsable de la oficina de Barcelona de Baker McKenzie.

Due diligence es todo el proceso de análisis que la firma compradora realiza sobre la vendedora y, a veces, según apunta Menor, revela riesgos laborales, financieros o regulatorios que se consideran insalvables por su posible impacto en el futuro de la compañía.

Las claves del éxito

Por el contrario, resultan determinantes para el éxito «que la operación tenga sentido estratégico para la firma adquiriente y que se realice de manera correcta toda la integración posterior», explica Juan López del Alcázar, socio director del área de Transacciones de EY. Asegura el experto que es casi tan importante todo el proceso previo como el posterior, calcular bien «lo que viene a partir del día D«. Calibrar las llamadas sinergias. El encaje. «A veces los equipos directivos no se hablan o no se ha planteado cómo se van a conformar los nuevos equipos», y es fundamental tenerlo claro.

Por ejemplo, Iberia y Air Europa prevén que tras su adquisición surja un gigante aeronáutico con unos 210 aviones, más de 35 millones de pasajeros al año y un 72% del tráfico de vuelos nacionales en España. Eso, claro, si las autoridades de competencia europeas acaban bendiciendo la unión.

«Este es uno de los temas más complejos en toda operación, sobre todo cuando las empresas implicadas pertenecen al mismo ámbito de negocio», dice Javier Menor.

Repasando las operaciones más recientes y las que están en el aire, es difícil pensar que algún sector se queda fuera del baile corporativo, pero las tecnológicas y energéticas han acaparado en los últimos tiempos los principales movimientos y seguirán estando en el centro de los radares del mercado. «En España también resultan muy interesantes las empresas relacionadas con las energías renovables«, señala Juan López de Alcázar.

Borja Arteaga da algunas pistas más. «Distribución, sector inmobiliario y bancos», enumera, son sectores muy interesantes en estos momentos. Las entidades financieras están llamadas a protagonizar la próxima etapa de M&A en España y en Europa.

Con todo, las perspectivas apuntan a que el próximo ejercicio será más moderado que los últimos años. Según el estudio Global Transaction Forecast elaborado de manera conjunta por Baker McKenzie y Oxford Economics, el valor de fusiones y adquisiciones disminuirá globalmente desde los 2.8 billones de dólares en 2019 a 2.1 billones en 2020. En el caso de Europa, el informe percibe una notable disminución del apetito, motivado por los componentes económicos y geopolíticos y también por el aumento del escrutinio regulatorio. Ese mismo escrutinio al que ahora aguardan Iberia y Air Europa en su definitiva cuenta atrás.

Fuente: Elmundo.es (10/11/19) Pixabay.com

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