Las clínicas dentales invaden España

dentistaDentix es el último ejemplo en el sector de las clínicas dentales, que vive un auge inédito en los últimos años. Fundada en 2010 por Ángel Lorenzo, odontólogo e hijo de protésico dental, empezó con cuatro clínicas (50 empleados) pero ya va por las 80 (1.400 empleados) y llegará a 100 a finales de año. Su crecimiento está siendo tan rápido —este año creará 1.000 empleos— que espera facturar 200 millones de euros este año, casi el triple que en 2013.

Desde que Vitaldent iniciara su camino como franquicia en 1997, han surgido decenas de cadenas similares. Y aun cuando Vitaldent sigue siendo la más grande, con 434 centros, otras como Unidental, fundada en 1998, tiene 160 centros, o CareDent, creada en 2004, suma ya 95. Este sector fue, según DBK, el único que creció en 2012. Las clínicas estéticas u oftalmológicas bajaron su facturación ese año, pero las dentales crecieron un 2,4%, hasta ingresar 595 millones de euros.

Todo esto no hubiera ocurrido sin la franquicia, con 25 o 30 enseñas. Dadas las fuertes inversiones necesarias (un mínimo de 200.000 euros), para muchas empresas fue el único modelo posible. Pero la franquicia es solo parte de la historia. Lorenzo, de Dentix, quien ha optado por centros propios, cree que «el cambio desde el dentista privado a estas redes era inevitable». También Luis Cañadas, fundador de CareDent, apunta que ha «elegido el modelo de redes porque el tradicional se había quedado obsoleto». Cañadas opina que «la mayor complejidad de las especialidades dentales imposibilita que un dentista dé respuesta a todas las necesidades de sus pacientes. Hay que tener un equipo de especialistas, y eso exige un modelo empresarial». Y trabajar en red genera economías de escala. «Nos permite negociar con los proveedores», explica Lorenzo, «y centralizar servicios y así bajar costes y abaratar precios». Cañadas añade: «Esto nos permite desarrollar líneas comerciales y de publicidad y formar a nuestros médicos».

Las tecnologías que «permiten prestaciones de más calidad, más rápidas y a menor precio», dice Lorenzo, no están al alcance del dentista particular. Es el caso del CAD-CAM (diseño de la prótesis por ordenador y su envío al laboratorio, donde se fabrica digitalmente), la radiografía 3D, la regeneración ósea o los sistemas de cirugía guiada. «Ahora estamos incorporando el escáner intraoral», cuenta el empresario, «que permite tomar las medidas dentales de modo tridimensional, sin utilizar las pastas que disgustan a los pacientes».

Las nuevas cadenas permiten economías de escala, por lo que el precio es más bajo que en Bulgaria o Rumanía

¿Qué ha llevado a los pacientes a decantarse por el modelo? En primer lugar el precio, que ha generado, asegura Cañadas, «una democratización de la odontología. España ya pone más implantes que Francia o Inglaterra. En este país hay gente con poder de compra a la que le faltan dientes». Las empresas tampoco han vacilado en utilizar cualquier herramienta de marketing que atraiga clientes. Y se han beneficiado de la ausencia de prestaciones dentales en el sistema público, algo que, explica Santiago Barbadillo, de Barbadillo y Asociados, una consultora de franquicias, «ocurre en toda Europa, donde estas coberturas son muy bajas».

España lleva, además, la delantera en Europa en la proliferación de estos centros. «España es el país con más redes de clínicas, mayor penetración y crecimiento del modelo», afirma Cañadas, algo que se debe sin duda también al factor precio, ya que «son incluso inferiores a los de Colombia, Rumania o Bulgaria». ¿Dónde está el secreto? Todos afirman que en los bajos salarios practicados aquí, a tal punto que el propio fundador de CareDent reconoce que «ya están por debajo de lo aconsejable». No extraña que en el Consejo General de Colegios de Dentistas de España, su presidente, Óscar Castro, denuncie «sueldos bajísimos, a veces de 800 euros, y lo que es peor, que en algunas empresas muchos médicos cobren a comisión, sin Seguridad Social, obligados a un mínimo de facturación para subsistir».

La clave está en la abundancia de dentistas, que «no tiene», según Cañadas, «parangón en Europa. Se forman más dentistas italianos en España que en Italia». Castro, del Consejo, dice que «hay más de 30.000 dentistas aquí, uno por cada 1.200 habitantes, cuando, según la OMS, debe haber uno por 3.500». Todo esto porque, dice, «han permitido abrir facultades y escuelas privadas de modo indiscriminado». Quizá esto explique que los intentos de exportar el modelo español no hayan sido exitosos. Vitaldent, con 80 centros en Italia, tuvo que retirarse de Portugal. Pese a eso, todas las grandes redes tienen proyectos para fuera de España. «Queremos abrir unas diez clínicas en el extranjero antes de fin de año», asegura Lorenzo, de Dentix. La primera estará en Bérgamo, Italia. Luego seguirán por Milán o Turín, donde Dentix tiene locales. También en México DF y en Colombia. CareDent, que tiene 25 clínicas en Italia, está desembarcando en Portugal.

Barbadillo cree que, dada la competitividad de las empresas, tienen posibilidades en el exterior. «Todos esos países donde el servicio es caro o poco especializado son interesantes». Pero, para lograrlo, «hacen falta, además, cadenas más grandes. Las nuestras son pequeñas», opina Cañadas. La solución estaría en plantear fusiones en el sector, algo que ocurrirá en los próximos años. No solo porque la tendencia al cierre de clínicas privadas es imparable, sino también porque algunas cadenas están al límite de la solvencia debido a las guerras de precios.

El Consejo de Dentistas cree que el Gobierno respalda esta expansión para no tener que ampliar los servicios dentales en la Seguridad Social

El sector ha vivido, de todos modos, en constante polémica con el Consejo General de Dentistas, que ha redoblado sus denuncias y solicitado la regulación de la publicidad. Este se muestra muy crítico con muchos mensajes, que considera «engañosos». «Esos anuncios en la tele, diciendo que colocan implantes a 250 euros son una falsedad», se queja Castro. «Es posible que el implante en sentido estricto pueda costar eso, pero hay que colocar la corona y al final, si no lees la letra pequeña, puedes acabar pagando 1.700 euros por pieza». Lorenzo, que ha fichado a la agencia Sra. Rushmore para sus campañas, afirma: «Cumplimos todas las normas», y subraya, «los Colegios, en las autonomías, pueden visar la publicidad, y la nuestra la visan». Y Cañadas, de CareDent, opina que el Consejo «trata de proteger un modelo en declive, olvidándose que todos somos odontólogos (yo soy profesor en la Complutense) y estamos colegiados».

Al Consejo no le agrada el tono mercantilista del sector y culpa a la Administración por la expansión de las franquicias. «Le interesa estas clínicas de bajo coste porque así evita tener que dar prestaciones dentales en el sistema público (…). Lo que tienen que hacer es aumentar la cartera de servicios», dice Castro. Lorenzo contraataca: «El futuro es lo que estamos haciendo las cadenas. Bruselas va a liberalizar más el sector. ¿Por qué lo hace? Porque la liberalización permite más competencia y precios adecuados».

Fuente: Elpais.es (5/10/14)

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