Vino: Álvaro Palacios y el triunfo de la tierra

Palacios es el bodeguero y enólogo más reconocido de España internacionalmente. Fue considerado el mejor bodeguero y elaborador del mundo por la revista Decanter, la más prestigiosa de Reino Unido. Sus grandes vinos tanto de Priorat, de Bierzo y ahora de su casa en Alfaro, Rioja Oriental, se mueven siempre en la horquilla de 98 a 100 puntos Parker, y no hay una tienda importante de vinos en cualquier lugar del mundo que no tenga sus caldos.

El prestigio se lo ha ganado a pulso. Pertenece a una familia de bodegueros, concretamente a la firma Palacios Remondo que fue de su padre, ubicada en Alfaro y fundada en 1945. Se hizo experto en barricas, y hará ahora unos 30 años se presentó en El Priorat, en tierras de Tarragona, una zona vinícola a punto de desaparecer, con otro pequeño grupo de visionarios que le dio la vuelta a la zona como un calcetín, convirtiéndola en una de las más prestigiosas de España y del mundo. Allí elabora toda una gama de vinos potentes con L’Ermita como punta de lanza, un vino que se vende a 1.200 euros. Años después, se presentó en Bierzo con su sobrino Ricardo Pérez, hijo de su hermana Chelo, y actuó como en Tarragona, seleccionando pequeñas parcelas para vinos especiales. Aquí la estrella es La Faraona, una finquita de la que sacan un vino del mismo nombre, que también está en los 1.200 euros. Muy cerca de allí, en Valdeorras, su hermano Rafael Palacios, hace algunos de los mejores blancos de España.

Tras comprar su parte a sus hermanos, se hizo conla bodega familiar de Alfaro, Palacios Remondo, en lo que antes se llamaba Rioja Baja. A él le pareció peyorativoinsistiendo en llamarla Oriental, lo que al fin consiguió que se reflejara en el reglamento del Consejo Regulado, donde la garnacha es la variedad principal.

La base de la bodega Palacios Remondo es una finca de 100 hectáreas llamada La Montesa, situada en la falda del monte Yerga, trabajada ya totalmente en ecológico. En lo alto de ese monte es donde se estableció el primer monasterio cisterciense de España. Con las garnachas de esa finca elabora un vino del mismo nombre que aparece muy floral, balsámico, con mucha fruta roja, con un paso de boca muy agradable, fácil, pero con enjundia, fresco y vivo (12,50 euros). Podría ser el equivalente en Rioja a su Pétalos del Bierzo o al Camins del Priorat.

En el pago de Valtomelloso elabora un blanco, Plácet, a base de viura, con 12 meses en barricas ovales, más pequeñas, de roble francés, elegante con tonos ahumados y tostados, fresco, pero untuoso y graso (20 euros).

Pero de un hombre como Palacios se esperaba algo más, y de una pequeña finca de tres hectáreas, Valmira, situada en la zona más alta de La Montesa, a 615 metros, en medio de encinas, donde ha replantado viejos clones antiguos de garnacha, todo muy artesanal, fermentado en tina de roble y luego 16 meses en ovales también de roble francés, ha sacado este vino, Quiñón de Valmira, muy elegante, muy complejo, lleno de matices, frutal, mineral; y una boca plena, sabrosa, soberbia. (350 euros). El triunfo definitivo en su tierra.

Fuente: Expansion.com (1/8/20)

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