Así tuve éxito en mi empresa

Ocho empresarios narran sus vicisitudes para sacar adelante su negocio

Una familia de antiguos arrieros de Asturias levantó uno de los grupos de transporte de viajeros por autocar más grandes del mundo: Alsa. Los hijos de unos labradores de Valencia fundaron una empresa de porcelana de lujo que está presente en más de 115 países: Lladró. La avalancha de información diaria a veces hace muy difícil detenerse a mirar la trayectoria de largo plazo de las compañías que han alcanzado el éxito. Pero en un periodo en que la desorientación y la incertidumbre son la regla general, poner el foco en los buenos referentes y aprender de sus experiencias puede ser de gran ayuda.

Con esa convicción, la empresa de servicios de consultoría y auditoría KPMG ha recopilado en el libro Los que dejan huella las historias de una veintena de emprendedores que han logrado convertir sus proyectos en firmas líderes. Narramos ocho de ellos. Son relatos de empresarios con perfiles y trayectorias muy diferentes, pero, como afirma en el prólogo el presidente de KPMG en España, John M. Scott, sus caminos comparten algunos elementos. “Aunque cada uno con sus peculiaridades, detrás de todas estas iniciativas podemos encontrar un catalizador común: la determinación, la convicción y la valentía para desarrollar un proyecto profesional que ha ido creciendo con la propia sociedad española de la que forman parte”. Son historias que refuerzan la marca España y que, si conformaran todas ellas un grupo empresarial, se situaría entre los 25 primeros del país, con 6.000 millones de facturación.

El libro tiene un enfoque personal y retrospectivo. Contiene narraciones en primera persona de los emprendedores y empresarios que lideran o han liderado firmas de sectores tan diversos como la alimentación y la distribución, la investigación química y farmacológica, el transporte, el comercio minorista, las finanzas o la salud. “Personas innovadoras y trabajadoras que han sabido explorar, arriesgar, aguantar, sobreponerse a las caídas, buscar nuevos mercados y –por qué no decirlo– impresionar, tener éxito, anticiparse y ser referentes en su actividad”, según los describe Scott.

Hay anécdotas y lecciones de gestión empresarial, pero también de vida. Así como el fundador de ECISA, Manuel Peláez, recuerda los años en que vendía cemento y ladrillos en Málaga y viajaba en los camiones que los transportaba, el presidente del Grupo Hospiten, Pedro Luis Cobiella Suárez, subraya que es clave fijarse metas altas. “Mis hermanos y yo somos muy soñadores. Seguramente por eso hemos llegado hasta aquí: con buenos profesionales, buenos equipos y altas dosis de ilusión, no existen límites”.

El principal mensaje que transmite la fundadora de Infoempleo, María Benjumea Cabeza de Vaca, es simple: “La vida me ha demostrado que si quieres, puedes. Ese es mi lema y nunca me canso de repetirlo”. La fundadora de Ideas4all, Ana María Llopis Rivas, asegura que no le entusiasman el dinero, el poder, el prestigio. “Lo que me mueve es aprender, innovar, cambiar las cosas”, afirma.

Los casos

Javier Nieto Santa (Santa & Cole)

Es uno de los socios de Santa & Cole, empresa que fundó con Gabriel Ordeig Cole en 1986, una empresa que edita y reedita objetos de diseño. Uno de los productos de éxito es la lámpara Blanco White de Antoni Arola. La empresa no tuvo un rápido crecimiento económico. Tuvo que ampliar capital siete veces y su socio falleció en 1994. Este empresario confiesa que tiene tres palabras para definir lo que cree que debe ser el ideario de una empresa del siglo XXI: pequeña, independiente y global. “Si eres todo eso eres grande, existes como identidad diferenciada en la red”. Así que la máxima de Santa &Cole es ser libre, “en lo posible, y ambiciosamente globales aunque seamos pequeños”, afirma. Y hace un llamamiento porque cree que “la sociedad española necesita de las humanidades en grandes cantidades”.

Francisco M. Cosentino (Grupo Cosentino)

Su historia deja claro que levantarse después de las caídas, sin importar cuántas sean, termina por dar resultado. Francisco Martínez Cosentino (Macael, Almería, 1951) dejó a los 18 años la escuela unitaria de El Clot, donde tenía bajo su magisterio a 54 alumnos, para hacerse cargo en 1972 del modesto negocio de mármoles de su padre en su pueblo natal. Confiesa que se arruinó en tres ocasiones antes de conocer el éxito empresarial. Hoy, Grupo Cosentino ha llevado su marca Silestone a todos los países del mundo y es un líder mundial en innovación, diseño y fabricación de superficies decorativas. “Entiendo muy bien a todos los que han caído y no han podido levantarse. Pero tienes que caer y levantarte, y que te vuelvan a tirar, y aguantar, y tener fe en el proyecto, y rodearte de gente buena, fiel…”

Juan Luis Durich (Cooperativa Consum)

El economista Juan Luis Durich (Valencia, 1957) lleva casi 20 años al frente de la dirección general de Consum Sociedad Cooperativa Valenciana, una de las empresas líderes en el sector de la distribución alimentaria en España, con 1.800 millones de facturación. Afirma que una de las claves detrás del éxito empresarial de la cooperativa fue la incorporaciópn de los trabajadores como socios. “En mi opinión, este cambio fue clave para que el proyecto de Consum se consolidara porque los socios consumidores miraban fundamentalmente sus propios intereses sin prestar mucha atención a los resultados empresariales”. La ruptura de la alianza con Eroski, después de 14 años, fue un reto difícil, pero tuvo efectos positivos en la psicología de los trabajadores. Volvieron a ver el proyecto como algo suyo y a trabajar “con uñas y dientes”.

José Mª Rivera Trallero (Estrella Galicia)

Es bisnieto del fundador de La Estrella de Galicia, creada en 1906, empresa que en la actualidad factura 200 millones de euros. Se trata de una empresa familiar con un protocolo que se rige por la responsabilidad de funciones que asume cada miembro de la familia. Han comenzado el camino de la internacionalización a países como Japón, China, Filipinas, Estados Unidos o Brasil. Y ahí, siguen, como muchas otras empresas, “reinventándonos y discutiendo mucho para decidir lo que queremos ser dentro de 20 años”. La quinta generación está en camino. Cree que viajar abre la mente y es necesario estar globalizado. “Para poder avanzar la formación es vital”. Y el liderazgo corporativo solo lo consigue alguien con una gran “reputación, prestigio y credibilidad”. En ese camino están.

José Cosmen (Alsa)

José Cosmen Adelaida (Cangas de Narcea, Asturias, 1928) tomó hace muchos años las riendas de una pequeña empresa familiar que creció gradualmente hasta convertirse en la propietaria de Alsa. “La familia de mi padre pertenecía a aquellos antiguos arrieros que con sus carros y con sus mulas hacían el transporte de pasajeros y de mercancías desde el suroccidente asturiano hacia Madrid”, recuerda el expresidente de la empresa, que hoy factura 650 millones de euros y emplea a cerca de 7.000 personas. Una de las tradiciones que les ha dado resultado a los Cosmen es conocer a fondo el negocio en sus diferentes facetas. “Cuando mi hijo José comenzó a trabajar en los garajes, algunas personas, entre ellos socios de Alsa, no podían comprender que un hijo mío estuviera allí metido”. Asegura que no hay secretos en la gestión del grupo. “Conocer el negocio, cumplir tus promesas y tratar bien a la gente”.

Josep Ferrer Sala (Freixenet)

Los fundadores de Freixenet tienen una larga trayectoria en el mundo del vino. Para conocerla hay que remontarse a 1861, cuando el Gobierno crea las contribuciones y el bisabuelo de Josep Ferrer ya se dedicaba a la comercialización y la exportación. Su relato incluye recuerdos gratos. La imagen de su madre llevándolo con 10 años a recorrer la bodega barrica por barrica. Pero también otros más duros. Su padre fue asesinado durante la Guerra Civil y su hermano mayor desapareció, sin que nunca hallaran su cuerpo. Además, durante esos años, Freixenet fue una de las muchas empresas que se colectivizaron. El expresidente de la empresa afirma que el esfuezo de su madre fue clave para recomponer la situación. El carácter visionario de su padre, que había defendido la idea de comprar una casa en Francia para aumentar el prestigio de la marca, también fue decisivo. Cuando sus hijos pusieron en práctica la idea, el resultado fue el que él había previsto.

Juan José Lladró (Lladró)

Hijo de labradores, en la niñez Juan Lladró Dolz (86 años) soñaba con ser mecánico, pero a su madre le ofrecieron la posibilidad de que sus tres hijos, Juan, José y Vicente, aprendieran el oficio de pintar platos en una pequeña fábrica valenciana. Ese trabajo marcó el destino de los tres hermanos, que se convirtieron en los fundadores de una empresa que hoy lidera el sector de la porcelana de lujo tanto dentro como fuera de España: Lladró. “Fuimos pioneros en abrir muchos mercados y con nuestro propio I+D logramos ir perfeccionando la técnica y situarnos entre los mejores del mundo”. La empresa ha triunfado incluso en China, el país de los fabricantes de porcelana por exelencia. “Cuando entramos en ese mercado, la prensa china se preguntó qué hacíamos allí y afirmaron que estábamos invadiendo su mercado. Pero la realidad es que seguimos estando allí, vendemos piezas más caras y, a pesar de todo, nos las compran porque entienden de calidades”.

Juan Carlos Ureta (Renta 4)

Procedía de la función pública, había sido abogado del Estado antes de llegar a Renta 4. De todos sus años de bagaje profesional, Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4, banco español especializado en gestión patrimonial, mercados de capitales y servicios de inversión, reconoce que hay que escuchar al cliente, es el que manda pero también “no espera que seas un genio capaz de adivinar siempre lo que va a pasar”. En cambio, “busca profesionalidad, honestidad y un precio correcto”. Asegura que para tener éxito es importante el equilibrio personal, y este se logra trabajándolo. “Este negocio requiere muchas horas, con funciones absorbentes pero permite mucha libertad”. Confiesa que la incertidumbre del mercado, propenso a la volatilidad y al caos, genera mucha inestabilidad. Por ello es necesario “trabajar de un modo metódico” y no estar tan pendiente de la alteración de los mercados.

Fuente: Cincodias.com (14/9/13)

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