¿Por qué cuesta un Lexus cuatro veces más en Irán que en EEUU?

Las sanciones impuestas por EEUU y la UE a Irán, como consecuencia de las presuntas ambiciones nucleares de su presidente Mahmud Ahmadineyad, tienen consecuencias económicas más allá de las que pueden afectar al mercado de petróleo. Una de ellas es que las ventas de coches importados desde Europa y Asia se desploman.

El castigo conlleva la restricción de acceso a divisas extranjeras que, a su vez, desencadena un alza en los precios de los coches de marcas foráneas, sobre todo europeas y asiáticas. «No hemos importado coches desde hace unos cuatro meses», revela Mostafa Farahmand, regente de un concesionario en Teherán. En estos momentos, este distribuidor dispone de 35 coches en stock a los que no logra dar salida debido a que «con el cambio actual, acaban siendo demasiado caros».
El gobierno de Ahmadineyad ha restringido el cambio de divisas para prevenir una fuga de capital a raíz de las citadas sanciones. Esta medida fuerza a los comerciantes a comprar un dólar por 18.900 riales, un 65% más sobre la tasa oficial; la inflación y la espera de hasta tres meses para pasar la aduana aumentan el riesgo en la importación de automóviles.
Los precios de los coches importados han escalado un 20% en dos meses -curiosamente, el mismo porcentaje que decayó la tasa de ventas de estos automóviles en 2011-.

Por poner sólo un ejemplo, un Lexus RX 350, que en Estados Unidos cuesta 39.000 dólares cuesta en Irán casi cuatro veces más (151.000 dólares), lo cual da una idea de en qué estado se encuentra el negocio de la importación en la delicada economía iraní.

Problema para los importadores… y para los fabricantes locales

Esta circunstancia acaba resintiendo la industria local, pues de los 1,46 millones de coches vendidos en Irán el año pasado, casi un 14% correspondió a vehículos importados. Con una economía que además está en desaceleración -con altas tasas de desempleo y una inflación disparada-, se espera que las ventas en 2012 caigan en torno al 10% con respecto a los datos del último ejercicio. «El poder adquisitivo de la gente está decreciendo y hay estanflación», explica Masoud en referencia al lento crecimiento iraní y a la tasa de inflación del 20%.
Mientras tanto, los productores locales son, en última instancia, los grandes beneficiados en un paisaje en el que la venta de coches importados está cayendo a niveles marginales. Pero éstos también sufren los efectos de las sanciones, ya que las restricciones de cambio de divisas debilitan su capacidad para financiar la compra de componentes procedentes del exterior. Por lo que, incluso, también los coches iraníes mantendrán su tendencia de precios al alza.

Fuente: El Economista (28/3/2012)

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