Ronald Wayne, el hombre que vendió el 10% de Apple por apenas 800 dólares

Ronald WayneLa historia mundial de los negocios ha consagrado a verdaderos multibillonarios que, por su talento, su visión o incluso su suerte, han amasado incalculables fortunas que sobrepasan cualquier tipo de cálculo.

Sin embargo, los que también pasan a la historia -aunque por suerte para ellos no son tan recordados- son aquellos empresarios que, teniendo ante sí la oportunidad de convertirse en los hombres más ricos y exitosos, acaban formando parte de la historia necrológica empresarial tras dejar huir los mayores negocios del mundo. Y nuestro protagonista de hoy se ganó, para su desgracia, un honroso nombre en esa lista.

Se trata de Ronald Gerald Wayne, un americano cuyo nombre seguramente no te suene de nada a no ser que sepas que estamos hablando del tercer cofundador de Apple (junto a Steve JobsSteve Wozniak). Un hombre que, por su miedo al fracaso, vendió por 800 dólares el 10% de Apple, un porcentaje que a día de hoy podría haberle granjeado una fortuna cercana a los 70.000 millones de dólares.

El día que comenzó todo

Wayne comenzó su particular historia negra en 1976, cuando tenía 42 años y trabajaba como ingeniero en Atari. Allí coincidió con un jovencísimo talento, que le ofreció entrar en un proyecto que por entonces ni siquiera tenía forma empresarial. Aquel joven se llamaba Steve Jobs; el proyecto, Apple.

A Wayne le entusiasmaba la visión y la pasión que parecía derrochar aquel jovencísimo Steve (que sólo tenía 21 años), de modo que, a pesar de doblarle la edad, decidió unirse a él de manera paralela a su trabajo en Atari. Fue el 1 de abril de aquel año cuando Jobs, Wozniak y Wayne se repartieron las acciones (45%, 45% y 10%, respectivamente) y firmaron el contrato de creación de Apple (que a finales de 2011 fue subastado por 1,1 millones de euros).

El entusiasmo de Wayne, que llegó incluso a diseñar el primer logo de Apple, era total. Además, Steve Jobs ya había conseguido varios pedidos del incipiente primer ordenador fabricado por Apple, con lo que la empresa tenía muy buena pinta antes incluso de haber echado a andar oficialmente.

Sin embargo, los dolores de cabeza le llegaron muy pronto a Ronald. Pocos días después de la creación oficial de Apple, la compañía recibió un sustancioso encargo de la cadena de tiendas Byte Shop y, para hacer frente a las primeras fabricaciones, Steve Jobs pidió un préstamo de 15.000 dólares para los primeros gastos.

Wayne y su miedo al fracaso

Sin embargo, había un pequeño problema. Por aquel entonces Byte Shop no tenía muy buena fama en el mundo empresarial, ya que coleccionaba una gran lista de facturas impagadas, y las probabilidades de que Apple se sumara a esa lista eran bastante altas.

En apenas unos minutos, Ronald Wayne se imaginó en serios problemas: si Byte Shop no pagaba aquellos encargos, los acreedores de Apple reclamarían ese dinero a los tres accionistas, incluido él. Fue entonces cuando la memoria de Wayne volvió cuatro años atrás y se tornó en escalofríos: se acordó de Siang, una empresa de máquinas tragaperras que él mismo había fundado en Las Vegas y que tuvo que cerrar en 1972 ante el fracaso de la misma y la acumulación de miles de dólares en deudas.

Con 42 años, Wayne decidió que su edad no le podía permitirse entrar en las utópicas aventuras empresariales de Jobs y Wozniak

Pero no acababa ahí la cosa. De los tres socios de Apple, Wayne era el único que tenía propiedades: concretamente, una casa y un coche. Eso quería decir que, en caso de que algo saliese mal en la empresa, él sería el único socio embargado. Y, con 42 años ya cumplidos, nuestro protagonista decidió que su edad no le podía permitirse entrar en las utópicas aventuras empresariales de Jobs y Wozniak.

Así las cosas, Wayne dio la sorpresa. El 13 de abril de 1976, apenas 12 días después de firmar el contrato de fundación de Apple, decidió salir de la empresa. Visto con perspectiva, parece evidente que el riesgo al que se estaba exponiendo no era ni mucho menos alarmante, pero el ímpetu y la juventud de Jobs hacía tiempo que ya no estaba en la cabeza de Wayne, que aún recordaba con dolor su primer fracaso empresarial.

Su 10% ahora valdría 70.000 millones de dólares

De hecho, tal fue la prisa de Ronald Wayne por vender sus acciones que lo hizo por un precio ridículo. Las fuentes más fidedignas apuntan a que este ingeniero se deshizo de su 10% de Apple por apenas 800 dólares de la época.

Cálculos

Resulta evidentemente absurdo elucubrar sobre el dinero que tendría ahora mismo Wayne de no haber vendido, pero la conjugación de la curiosidad y el puro morbo hace imposible resistirse. Si Ronald hubiese esperado un poco antes de vender, habría podido sacar entre 6.000 y 7.000 millones de dólares (6-7 billion dollars, si nos atenemos a la nomenclatura americana), una cifra estimada por los analistas de la época y calculada en función de la recaudación por ventas de Apple aquellos años (2.7 millones en 1977, 7.8 millones en 1978, 117 millones en 1980 y más de 1.000 millones en 1982).

Pero, ¿y ahora? ¿Cuánto dinero tendría ahora mismo nuestro protagonista si no hubiese vendido su 10% y hubiese mantenido intactas sus acciones hasta el día de hoy? El cálculo parece (algo) más sencillo. El pasado 11 de febrero, Apple se convirtió en la primera empresa del mundo en superar los 700.000 millones de dólares de capitalización bursátil, un índice que, con sus ventajas y desventajas, a menudo sirve para estimar la valoración de una compañía. Así pues, si nos atenemos a estas cifras, Ronald Wayne tendría a día de hoy una fortuna estimada de 70.000 millones de dólares (70 billion dollars).

Sería el cuarto hombre más rico del mundo

Pero, ¿cuánto dinero es exactamente 70.000 millones de dólares para los que empezamos a perder los cálculos a partir de los pocos millones? ¿En qué posición dejaría esa fortuna al bueno de Ronald?

Pues bien, basta con echar un ojo a cualquiera de las listas de millonarios del mundo para comprobar que estamos ante unas cifras sencillamente increíbles. Si nos atenemos a la lista de billonarios publicada por Bloomberg [http://www.bloomberg.com/billionaires/2015-06-03/aaa], Ronald Wayne tendría nada menos que la cuarta mayor fortuna del mundo, indiscutiblemente liderada por Bill Gates (85,6B).

De hecho, Wayne tendría a tiro de piedra al segundo del ranking (Amancio Ortega, 72B) y al tercero (Warren Buffet, 70,2B), relegando al quinto lugar al todopoderoso Carlos Slim (67,9B).

A día de hoy, Ronald Gerald Wayne tiene 81 años, vive de su jubilación y es una de las presas más deseadas por todo tipo de curiosos tecnófilos, fan boys de Apple y emprendedores de Silicon Valley y empresarios del mundo entero en general. Sin embargo, él nunca ha querido hacer demasiado drama de aquella venta que, en vez de reportarle 800 míseros dólares, hoy le habría convertido en el cuarto hombre más rico del mundo. Lo hecho, hecho está.

Es lo malo de los momentos históricos: que no te avisan de estar siéndolo.

Fuente: Elmundo.es (7/6/15)

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